Terminando una peregrinación en Tierra Santa donde nació y camino Cristo Jesús, me quedo con una inquietud y tristeza sobre la falta de paz en Israel y los territorios Palestinos, y también sobre la realidad de los pocos cristianos que quedan ahí. Frecuentemente en la peregrinación nos encontramos con ejemplos de los resultados que deja un conflicto sin fin. El muro que divide sitios solemnes y los miles que batallan para sobrevivir.
Es una crisis que requiere muchas oraciones y no solo oraciones si no también el apoyo para los cristianos que siguen viviendo en Tierra Santa.
Busco ideas de cómo ayudar. Cuando regresó a casa espero explorar las opciones. Es imposible regresar a la seguridad de casa sin tomar pasos para asistir en alguna manera.
Por lo pronto continuo, como ugre el Santo Padre, orando para paz, una paz justa y sin fin.
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